1199 Welcomes Immigrants
October 23, 2023
ESPAÑOL
Ana Medina is an 1199SEIU Delegate and home care worker who emigrated to the US from Mexico as a child and gained her citizenship earlier this year.
“The story of an immigrant to this country begins for various reasons, we come here wanting to sustain for ourselves and our fam- ilies, not wanting to be a burden to anyone. But we have the title of immigrant which can mean being shamed, discriminated against, pushed aside and treated like out- casts. Many of us work tirelessly in conditions where there is often no union and therefore no fair agreement to receive healthcare and other benefits, even when we are contributing to society. Im- migrants are sometimes seen as people who simply take from the US and do not give. I left Mexico when I was only fifteen years old, saying goodbye to my family and not realizing that it would take me years to be able to return and see them again. For some family members, it wasn’t possible to say goodbye to them, before they parted with this world. I hold the memory of them and all my years before fifteen-year-old me close to my heart.
“When I first arrived here, I knew little to no English and had very few connections to receive help in any form, and I was dealing with the stress of having to take care of my two children while being a child myself. I was also expe- riencing domestic violence and constantly belittled and shut down when dealing with case workers regarding my situation and chil- dren, no one would listen to me even when everything was laid out in front of them. Years passed and I began to learn in small ways how to look out for my children and myself. I began speaking and understanding more English and attempted working many times before finding home care work with an 1199SEIU agency, where the benefits helped me to get my citizenship. I met people in home care who would actually sit and understand what I was saying. Working in this field has allowed me to sustain for myself and grow as a person in so many ways that were beyond the imagination of fifteen-year-old me. The story of an immigrant starts differently for each individual, but we are human beings who are just looking to live and contribute to the world.”
Ramon Carmona is an 1199SEIU Delegate and bilingual Social Worker at the Department of Behavioral Health in Washington, D.C.
“My parents arrived in the U.S. at separate times before I was born to work and take a chance on providing greater opportuni- ties for their children. Once the family gained enough money, they brought us here and we went through the citizenship process. We lived in the Bronx while they slowly worked their way up the ladder. We lived in a disciplined environment where education was of the utmost importance. I be- came one of the first of my family to attend and graduate college. By this time, I had grown to love the US while maintaining a strong bond with my native culture and native country. I felt we were achieving the American dream. Through my experiences growing up and knowing first-hand what
it was like coming from basically nothing money-wise, I could em- pathize with those around me in similar situations needing help and advocacy to achieve success in life. It was one of the reasons why I believe I had a natural inclina- tion to help others and eventually it was one of the reasons I decided to join 1199 SEIU as a Delegate.
It was as if it was a natural calling for me to help others in need.
One of my greatest hopes is to continue to inspire the next genera- tion in my family, my daughters, to learn more about their Dominican culture, about the country’s history, people, customs, and maintain the same pride and joy I have for my beautiful native homeland.
1199 da la bienvenida a los inmigrantes
Con motivo del Mes de la Herencia Hispana en septiembre, dos miembros comparten sus historias.
Ana Medina, es una delegada del sindicato 1199SEIU y trabajadora del cuidado de la salud a domicilio, emigró a Estados Unidos desde México cuando era niña y obtuvo la ciudadanía americana a principios de este año.
“La historia de un inmigrante en este país comienza por varias razones, venimos aquí queriendo mantenernos a nosotros mismos y a nuestras familias, sin querer ser una carga para nadie. Pero tenemos el título de inmigrante, que puede significar ser avergonzados, discriminados, apartados y tratados como parias. Pero muchos de nosotros trabajamos incansablemente en condiciones en las que a menudo no hay sindicato y, por lo tanto, no hay convenios laborales justo para recibir atención médica y otras prestaciones, incluso cuando estamos contribuyendo a la sociedad. A veces se ve a los inmigrantes como personas que simplemente toman de Estados Unidos y no dan. Me fui de México cuando sólo tenía quince años, despidiéndome de mi familia y sin darme cuenta de que tardaría años en poder volver y verlos de nuevo. De algunos familiares, no fue posible despedirme de ellos, antes de que dejaran este mundo. Guardo muy cerca de mi corazón el recuerdo de ellos y de todos mis años anteriores a mis quince años de vida.
“Cuando llegué aquí por primera vez, no sabía casi nada de inglés y tenía muy pocas conexiones para recibir ayuda de cualquier tipo, y estaba lidiando con el estrés de tener que cuidar de mis dos hijos mientras yo misma era una niña. También sufría violencia doméstica y constantemente me menospreciaban y me callaban cuando hablaba con los trabajadores sociales sobre mi situación y mis hijos. Pasaron los años y empecé a aprender a cuidar de mis hijos y de mí misma. Empecé a hablar y entender más inglés e intenté trabajar muchas veces antes de encontrar un trabajo de cuidado de la salud a domicilio en una agencia 1199SEIU, donde los beneficios me ayudaron a conseguir la ciudadanía. Conocí a gente en el cuidado de la salud a domicilio que realmente se sentaban y entendían lo que yo decía, trabajar en este campo me ha permitido mantenerme por mí misma y crecer como persona de muchas maneras que estaban más allá de mi imaginación a los quince años. La historia de un inmigrante empieza de forma diferente para cada individuo, pero somos seres humanos que sólo buscan vivir y contribuir al mundo".
Ramon Carmona, es un delegado de 1199SEIU y Trabajador Social bilingüe en el Departamento de Salud Mental de Baltimore, MD.
"Mis padres llegaron a Estados Unidos en distintos momentos antes de que yo naciera para trabajar y arriesgarse a ofrecer mayores oportunidades a sus hijos. Una vez que la familia ganó suficiente dinero, nos trajeron aquí y nos sometimos al proceso de ciudadanía. Vivimos en el Bronx mientras ellos ascendían poco a poco. Vivíamos en un ambiente disciplinado donde la educación era de suma importancia. Fui uno de los primeros de mi familia en ir a la universidad y graduarme. Para entonces, había llegado a amar a Estados Unidos sin dejar de mantener un fuerte vínculo con mi cultura y mi país de origen. Sentía que estábamos alcanzando el sueño americano. A través de mis experiencias de crecimiento y sabiendo de primera mano lo que era venir básicamente de la nada en cuanto a dinero, podía empatizar con los que me rodeaban, y que se encontraban en situaciones similares, que necesitaban ayuda y apoyo para lograr el éxito en la vida. Fue una de las razones por las que creo que tenía una inclinación natural a ayudar a los demás y, finalmente, fue una de las razones por las que decidí unirme a 1199 SEIU como delegado. Era como si fuera una vocación natural para mí ayudar a los necesitados.
Una de mis mayores esperanzas es seguir inspirando a la siguiente generación de mi familia, mis hijas, para que aprendan más sobre su cultura dominicana, sobre la historia del país, su gente, sus costumbres, y mantengan el mismo orgullo y alegría que yo siento por mi hermosa patria natal.